viernes, 28 de febrero de 2014

¿Por qué NO hay que fusionar en torno a una cifra de población?

En los últimos meses, muchos medios de comunicación y algunos grupos políticos, se han empezado a hacer eco por fin (afortunadamente) del tema de las fusiones de municipios. Es común que cada vez que algún político o periodista habla de las fusiones, lo hagan usando esa tan típica coletilla de: "HAY QUE FUSIONAR LOS MUNICIPIOS QUE TENGAN MENOS DE (POR EJ.) 20.000 o 10.000 HABITANTES".

Poner una cifra de habitantes como baremo de referencia a la hora de realizar fusiones es un gravísimo error. No solo porque es un criterio arbitrario y sin sentido práctico alguno, sino que lejos de solucionar el actual caos municipal que existe en España, se corre el riesgo de agravarlo aun más. Los motivos por los cuales tomar una cifra de referencia es un error, los voy a tratar de explicar de una forma intuitiva y fácil de comprender.

- En primer lugar, sobra decir que para plantear unas fusiones no se pueden tomar directrices que sirvan exactamente igual para todos, sino que hay que coger el territorio en pequeñas porciones, como lo son las provincias, y analizar cada una de ellas por separado. En función de la distribución de su población, de sus comarcas y ciudades, de la orografía, las comunicaciones y las lindes de los municipios... son muchos los detalles que hay que tener en cuenta a la hora de decidir como han de hacerse las agrupaciones.

- La diferencia en la densidad de población según las provincias, puede ser abismal. Si decimos, por ejemplo, que hay que fusionar todos los municipios de menos de 20.000 habitantes, nos encontraremos con muchas provincias como puedan ser Soria, Segovia, Teruel, etc. cuyo único municipio que supera esa cifra, son las capitales. Todos los demás municipios están muy por debajo. Poner esta cifra como baremo, supondría que habría que fusionar decenas y decenas de municipios entre sí, para crear macro-entidades hasta que alcanzasen la cifra de los 20.000 por lo que supondría que una provincia como Soria quedase únicamente con 4 o 5 municipios. ¿Es esta aberración un verdadero plan viable de reorganización municipal? En absoluto.

- Esa cifra de los 20.000 supone que, mientras decenas de municipios del interior del país que son importantes cabeceras comarcales, no tendrían la entidad para sobrevivir como municipios, mientras que sin embargo, decenas de municipios que sí superan esa cifra, y que son caóticas ciudades dormitorio que rodean las capitales de pronvincia y que son totalmente prescindibles... sí se conservarían. ¿Tiene esto algún sentido? ¿Es un modelo eficiente? Más bien, es todo lo contrario.

- Veamos ahora algún ejemplo:
Hace unas semanas tuve un debate con unos políticos guipuzcoanos respecto al plan de fusiones en su provincia. Ellos proponían, tal cual comento, que las fusiones se hagan por debajo de 20.000 habitantes. De este modo, se pueden comparar 2 casos de ciudades similares, Tolosa y Mondragón. Tolosa tiene 18.000 habitantes, al tener menos de la cifra baremo, sí lo unieron a todos los pequeños pueblos de alrededor, creando un mayor municipio, grande, eficiente, y centrado en dicha cabecera comarcal. Sin embargo, Mondragón, como tiene 22.000 habitantes y supera la cifra baremo, lo dejan en solitario. ¿Qué ocurre entonces con las poblaciones circundantes a Mondragón? Pues acaban fusionandose todas en torno a Arechavaleta, una pequeña población de 6.000 habitantes.

Si en el caso1 se ha creado un municipio grande, eficiente, y centrado en una capital importante como Tolosa.... ¿Como es posible que en el caso 2, se deje a Mondragón en solitario, con un terreno municipal minúsculo? Pero peor aun... ¿Cómo es posible que se funde un municipio enorme, fusionando varios municipios poco poblados entre sí, que rodean a Mondragón? Pudiendo fusionarlos todos a la verdadera cabecera comarcal, se incurre en un tremendo coste de oportunidad. ¿Qué sentido tiene esto? No tiene lógica alguna dejar Mondragón por separado de los pueblitos que le rodean. Más aun por culpa de un criterio que dicta que, de haber tenido Mondragón 19.999 habitantes... sí se hubiera fusionado con estos.

- Por contra, nos encontramos con la misma situación en la capital, San Sebastián. Como tanto la capital, como todas las ciudades-dormitorio que la rodean, tienen más de 20.000 habitantes... todos ellos siguen existiendo como municipios. Algo que va totalmente contra natura, pues es precisamente la multiplicidad y el desperdicio de recursos que provocan las ciudades dormitorio, LA PRINCIPAL causa por la que hay que poner en práctica la fusión de municipios.

- Exactamente lo mismo se puede hacer con ejemplos de cualquier punto del país. En Castilla y León, podemos encontrar decenas de ejemplos de poblaciones que son importantes cabezas comarcales en sus respectivos territorios, pero que, pese haberseles fusionado todos los municipios que las rodean, en los proyectos aquí presentados... siguen estando por debajo de 20.000 habitantes.

Ejemplos como Piedrahíta, Barco de Ávila, Arévalo, Tordesillas, Peñafiel, Ciudad Rodrigo, Béjar, Astorga, La Bañeza, Aguilar de Campoo, Guardo, Saldaña, Burgo de Osma, Almazán, Toro, Sanabria o Briviesca. Todas estas poblaciones, aun creándose grandes municipios que aglutinan toda su área de influencia comarcal, siguen estando por debajo de 20.000 habitantes. ¿De verdad municipios históricos tan importantes como estos deberían de ser eliminados? ¿Quién puede pensar que es eficaz, eficiente, funcional... el que se tuviera que fusionar toda la mitad norte de Palencia, o toda la mitad oeste de Salamanca en un solo municipio para lograr la dichosa cifra baremo de 20.000? ¿Verdad que NO tiene sentido ni lógica? Sobran las explicaciones.

- Por el contrario, a lo largo y ancho del país sobrevivirían decenas y decenas de ciudades-dormitorio, que son el verdadero cáncer, tanto económico como urbanístico, del mapa municipal español. ¿Cómo es posible que se haya dejado que municipios como Móstoles, Fuenlabrada o Alcorcón, (que en 1970 eran aldeas que rondaban los 500 habitantes), se conviertan en macrociudades caóticas? Si se hubiera hecho una profunda fusión de municipios en su momento, Madrid (y cualquier otra capital) hubiera crecido de una forma concéntrica y ordenada. Como no se hizo, ahora el crecimiento ha supuesto el caos, y alrededor de la ciudad podemos ver como se aglutina una gran maraña de numerosos cascos urbanos, cada uno con su polígono industrial, su zona de chalets, su zona de servicios... cada uno gestionándose sin ninguna cohesión respecto a los de alrededor, como si fuesen islitas independientes y no formaran una sola área metropolitana. La desidia política personificada en la ultraespeculación político-urbanística.

- Estamos empezando a vivir en España lo que en América se conoce como el Efecto Detroit. Las grandes ciudades se van vaciando. Sus barrios céntricos e históricos, el corazón de las mismas, va quedando despoblado, y cada una de las capitales de provincia cae en picado en las cifras de población. Mientras tanto, las decenas de ciudades-dormitorio crecen meteóricamente a su alrededor. ¿Por qué? Porque la linde municipal, supone para las capitales hoy en día la misma barrera que hace 150 años suponían las murallas para el crecimiento de las cuidades. Como la ciudad no se podía expandir más... a las afueras crecían y crecían los caóticos arrabales, con grandes barriadas sin planificación alguna que se amontonaban extramuros.

Eso es lo que ocurre hoy: las capitales no tiene espacio para crecer, ni para trazar grandes bulevares, ni para construir nuevos barrios residenciales, ni para construir áreas comerciales bien planificadas, ni mucho menos, para crear grandes y eficientes polígonos industriales. Para todo ello, hay que irse a municipios circundantes a las capitales, que por ende, cada vez se llevan más impuestos de las actividades empresariales que no caben en la capital. Así se produce el efecto abandono. La capital no recibe recursos económicos, que se los están llevando todas las ciudades dormitorio que son las que alojan los negocios y la población joven en edad activa. Mientras la economía de los arrabales crece y crece, la capital histórica se hunde, se despuebla, se abandona, y va entrando en decadencia, porque los recursos no le llegan para mantener los servicios, el estado y la imagen de una capital en condiciones.